Monday, November 19, 2012

La Torre de Suecia en Montjuïc Barcelona es Patrimonio Barcelonés desde 1931 (Swedish Tower 1929)

La Torre y su historia son totalmente desconocidas en Barcelona. Ni una placa en memoria a la donación en donde se erigió por primera vez La Torre, hoy en día jardín de climatización en Montjuïc, que describa e informe del  importante aporte del gobierno sueco de la época y del Rey de Suecia Gustaf  V al pueblo de Barcelona en 1931. No existe…
Fue un 5 de febrero de 1931 cuando se formalizó en sesión plenaria del concejo Municipal. El Comisario General de Suecia Albert Wingvist daba entonces posesión del Pabellón y de la Torre al Ayuntamiento de Barcelona, pasando a formar parte del patrimonio Municipal, después de que la torre y el pabellón representaran a Suecia en la Exposición universal celebrada en Barcelona en 1929.

¿Qué tanto han cambiado las circunstancias de esos tiempos hasta nuestros días cuando se perfila un nuevo ciclo para Barcelona, un ciclo con identidad propia de capital de país?
Una placa es un  homenaje y reconocimiento a una historia con identidad propia de un país escandinavo, como lo es Suecia, que ha sido totalmente ignorada por los políticos del ayuntamiento de Barcelona. ¿Hasta cuando?
El Senador Josep Andreu Abelló (1906-1993) y el político periodista Joaquim Ventalló (1899-1996) reivindicaron el patrimonio barcelonés en 1979.

Hay que despertar esta sensibilidad de identidad en honor a quienes lucharon en los años 30 por una Catalunya libre y mejor. Ilustres personajes como: Sr. Pere Comas i Calvet, teniente de Alcalde de Barcelona, el presidente de la Comisión de Cultura de Barcelona, Sr. Dr. Juaquim Xirau Palau, el Visé-Cónsul de Suecia Sr. Emil Gustaf Beckman, Regidores Señores: Joaquim Ventalló i Vergés, Frederic Brasó i Villaret, Joan Griso i Descàrrega, , Mateo, Pla, Escofet, Samblancat, Sánchez Silva, Ruiz, y Marlés junto con otros funcionarios de la Comisión de Cultura de Barcelona. El teniente de Alcalde de Hospitalet Sr. Frontera, en nombre de la Federación de Municipios de Catalunya, y otros miembros de la administración como de la asesoría Técnica de Cultura, velaron por la identidad de este patrimonio donado por el estado Sueco en los años 30.
En las crónicas de prensa de la recién restaurada democracia en España 1979 se evoca a varios políticos de la época, que habiendo estado en el exilio, reivindicaron las colonias de alta montaña. Políticos como Joaquim Ventalló, quien fuese concejal del primer Ayuntamiento de Barcelona de la Republica y teniente de alcalde de cultura, o el senador por Barcelona Josep Andreu Abelló, quien el 20 de noviembre de 1979, haciendo uso de su derecho a la formulación de preguntas a la Mesa del Senado y al amparo del articulo 129-2 del reglamento de la Cámara Alta, había expuesto que el Ayuntamiento de Barcelona había creado en la ciudad de Berga una colonia de montaña para acoger trescientas niñas barcelonesas con motivo de haberle sido hecha por el Gobierno y el Rey de Suecia la donación de su pabellón y la torre de la exposición Internacional de 1929, “exclusivamente destinado a la obra de las colonias escolares”. La inauguración de la colonia de montaña tuvo lugar el 18 de junio de 1933 y prestó un gran servicio a las niñas escolares de Barcelona hasta que el 29 de enero de 1936 el Ejército convirtió el recinto escolar en cuartel, con grave perjuicio para la cultura.
El senador Josep Andreu Abelló añadía: “se pregunta: ¿Cuándo va a devolver el Ministerio de Defensa el edificio mencionado para que el Ayuntamiento de Barcelona pueda remprender la obra cultural que tanto beneficiaba a las niñas asistentes y adornaba de singular prestigio a la Corporación Municipal de Barcelona? y ¿Serán por cuenta del Ministerio de Defensa los gastos y obra para acondicionar el recinto a sus primitivos fines?

Ya sabemos que el gobierno español y el ministerio de defensa han ignorado todas estas reivindicaciones, incluyendo las últimas realizadas por este ciudadano Jairo Narváez en el 2006: Mi gestión y escrito al gobierno Español, al famoso ex ministro de defensa José Bono Martínez, quien me pone en contacto con el Asesor jefe de la secretaría del ministerio, Sr. Carlos Urtubey Vaquerizo, y éste a su vez con el secretario de defensa, Don Francisco Pardo, funcionario que finalmente me hace llegar un escrito de respuesta y quien después de haberse puesto en contacto con la embajada de Suecia en Madrid, me llama para informarme que optan por no levantar el tapete en donde están escondidos los acontecimientos de la guerra civil, aduciendo “que perjudica las relaciones internacionales, que si de ellos fuera, tendrían que reconstruir castillos y otros monumentos destrozados durante la guerra en toda España”, y eso sin hablar de quienes todavía están tratando de reivindicar a sus familiares de las fosas comunes y se les ha sido imposible. Para finalizar, añadió también el funcionario ¨que lo mío es solo unos tablones de madera, que no pierda el tiempo¨. Y es así  como el espolio a la cultura Catalana y al ser humano sigue siendo ignorado por Madrid. ¿Hasta cuándo?

En el trascurso de estos años he informado a los embajadores suecos de turno por Madrid del legado cultural sueco en Barcelona, pero definen que este asunto le concierne al Ayuntamiento de Barcelona, que Suecia no tiene nada que ver con esta restauración de patrimonio. Bajo mi insistencia como ciudadano sueco me informan que lo evaluarán, pero al final terminan su periodo de embajador en España y se marchan a otras embajadas sin haber hecho nada al respecto. A los tres últimos embajadores: Tomas Bertelman, Lars Grundbertg y Andres Rönquist, les he dedicado frases como “mucho ruido y pocas nueces” a Tomas Bertelman quien siendo el responsable de la publicación sobre las relaciones de Suecia y España. (Eu2001.se) y cuya introducción la hace el primer ministro Sueco Göran Persson, ya que Suecia ocuparía la presidencia en la unión europea por primera vez desde su adhesión a ella en 1995. El Instituto sueco y las embajadas habían recibido del gobierno el encargo de producir 27 publicaciones referentes a las relaciones de Suecia con cada uno de los estados miembros. Estas publicaciones tratan tanto de los lazos históricos como de las relaciones actuales. Editada la publicación “Suecia y España”, leemos que se ignora las relaciones de Suecia y Catalunya, ni siquiera existe la Generalitat de Catalunya. Yo formalmente presenté una queja al respecto ante el ex primer ministro sueco Göran Persson, con la pregunta: ¿A dónde han ido a parar los 10 años de trabajo de hermanamiento regional entre Suecia y Catalunya? ¿Es que somos demasiado pequeños para que el señor embajador responsable de la publicación nos tuviera en cuenta? Al segundo embajador, Lars Grundbertg, la frase “España no es solo Madrid Señor embajador”, embajador muy dado por las empresas y fomento empresarial de Suecia y España, estampando su firma en invitaciones pidiendo el patrocinio a encuentros empresarial (como fue el II encuentro en Barcelona es – se), a empresas globales, medianas y pequeñas, pero para la cultura nada. Y al tercer embajador, Andres Rönguist, la frase “haga su trabajo, no queremos ambivalentes respuestas”. A este último embajador se le presentó un convenio de buena voluntad redactado por el Ayuntamiento de Barcelona en el 2006, pactando entre las partes unos parámetros de trabajo y colaboración, nada económico, y estipulando que yo tendría que presentar terminado un análisis de metodología para darle identidad al proyecto de restauración y así lograr los mecanismos para el suministro de recursos financiero de las empresas suecas deseosas de patrocinar el evento. Su respuesta fue ambivalente, “que las embajadas no firman convenios con Alcaldías”, en resumida cuenta, solo vienen a Barcelona a hacerse la foto.

En la propuesta de convenio presentado por el ayuntamiento de Barcelona en el 2006 derivaba un estudio y análisis en tres puntos esenciales:
1- Recuperación de la documentación histórica referente a la torre, a sus autores y materiales.
2- Recuperación del proyecto original de la Torre y análisis del coste integro de reconstrucción y reubicación del elemento.
3- Gestión de los compromisos de patrimonio de las empresas que hayan de asumir los costes establecidos en el punto anterior.
Un primer paso, para luego y con metodología de trabajo, desarrollar convenios de cultura, dando cabida  a las empresas de cultura y al turismo. De conformidad  con los objetivos de las partes contratantes estipula el convenio, se establecerá en su primer reunión política de identidad de restauración la estrategia y las prioridades programáticas, así como las directrices y los criterios detallados para el acceso a los recursos financieros y su utilización, incluyendo el seguimiento y la evolución periódicas de esta utilización. Como en este caso se derivan tres propuestas.

1-  la Torre de Suecia , bajo las directrices del Ayuntamiento de Barcelona y dentro del nuevo plan de usos de la montaña de Montjuïc, 
2- Dentro de la única fundación del ayuntamiento Mies van de Rohe (Pabellón alemán de 1929  reconstruido por iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona y parte financiada por empresas alemanas)
3- Los Amigos de la Torre y en acuerdo cultural con el Ayuntamiento de Barcelona, reubicar la Torre en el jardín Botánico Histórico en Montjuïc, aprovechando la Masía del jardín Botánico histórico para actos culturales infantiles escandinavos, música, teatro, títeres, entre otros.
  
Estos y muchos otros interrogantes y propuestas se quedan en el tintero, hasta cuándo? Llamamos a la Cultura de la Responsabilidad.

Jairo Narváez
Coordinador de la petición ciudadana desde 2006

Desde 1989 trabajé en relaciones bilaterales regionales entre Suecia y Catalunya, asesor y funcionario en hermanamientos, gestor comunitario entre 1995 – 2002. En la actualidad coordinador de visitas de estudio de grupos de profesionales de Suecia a Barcelona y Catalunya. Barcelona Back-Up  “profesionales suecos de comunas y empresas que quieren ver como los catalanes construyen un país”.

Que por qué hago esto? Es una signatura pendiente de mis años de funcionario especializado en  asuntos regionales de hermanamientos y acercamiento de ciudades entre Suecia y Catalunya. Descubrí la mentira en el ayuntamiento de Berga, La Torre nunca fue patrimonio del ayuntamiento de Berga, todo lo contrario, pertenece al Ayuntamiento de Barcelona desde 1931 y como ciudadano empadronado en Barcelona, me remito al texto del Nuevo Estatuto de Catalunya, Titulo I – Derechos, Deberes y Principios Rectores, articulo 22.2. Derecho y deberes en el ámbito cultural. Cito: Todas las personas tienen el deber de respetar y preservar el patrimonio cultural.

Reflexión: Entendemos que la embajada de Suecia en Madrid considere prudente para las relaciones actuales con España abstenerse de involucrarse en peticiones que reclamen hechos del pasado estado español, no obstante, reconociendo su filosofía de neutralidad histórica, respeto a los valores humanos y a los culturales, no compartimos su postura ante una petición ciudadana para reivindicar un patrimonio donado por el estado sueco y su rey Gustaf V, y que hace parte de la historia de fraternidad de los pueblos de Suecia y Catalunya.

El consulado general de Suecia en Barcelona a partir de 1993 dejó de tener un cónsul de carrera, por lo tanto hoy en día las funciones del cónsul honorario son muy limitadas, a nuestro requerido proyecto solo hemos obtenido de parte de la Cónsul honoraria, su solidaridad.
Esta propuesta ciudadana no pretende una acción en contra de un expolio generado durante la guerra civil, por el contrario, esta petición se encamina a una reivindicación de un patrimonio barcelonés que hace parte de un momento histórico importante para Barcelona.
 La Torre es la memoria histórica, legado cultural de Suecia a Barcelona y es tarea de todos recuperarla.

En el foto, collage de la cabaña Sueca en el Central Park en Manhattan  New York (The Swedish Cottage 1876). Existe un paralelismo histórico con la historia de la Torre de Suecia en Barcelona de 1929. La cabaña  presta hoy una función didáctica, Teatro de Marionetas y taller. En la entrada al recinto se aprecia la placa conmemorativa dando testimonio al proyecto de preservación histórica y los nombres de las personas y entidades que lo han hecho posible. Esta cabaña no estaría en Manhattan sin la constancia del diseñador del Central Park, periodista, crítico social, administrador público y arquitecto paisajista autodidacta, Frederick Law Olmsted, quien tomó cariño a la cabaña  rústica y en su insistencia aseguró una propuesta de la ciudad de Nueva York para comprarla en 1877.
Texto en la placa:
The Swedish Cottage Marionette Theatre. Built in Sweden in 1875, shipped to Pennsylvania in 1876 Exhibited at the U.S. Centennial Exposition in Philadelphia May to November 1876 Moved to this site in 1977 Restored in 1998 This historic preservation project was funded by many donors including. The Council of the city of New York City parks foundation
The Consulate General of Sweden Barney Skanska Skanska USA Artur Ross Foundation Citibank  American Express Company And The Judith Connelly Delouvrier Fund Magnus Isaeus Architect  City of New York, Parks & Recreation Rudolph w. Giddiant Mayor Henry J, Stern. Commissioner City Parks Foundation . Bruge G. Ratner. Jean Troubh   and Deboran Landdau.

Barcelona 18 de Noviembre 2012
Apartado de Correos 5507
08080 Barcelona 
Foto Collage: Lluís Companys, Visita la Colonia Permanente de Montana del Ayuntamiento de Barcelona en Berga. Día de la Inauguración 18 de junio de 1933. La Torre escolar  (Cono)  y el Escrito del Ex - Ministro de defensa José Bono Martínez.“dado el tema que plantea doy traslado de su escrito al Secretaria de Estado de Defensa para que lo estudie y le hagan llegar la oportuna contestación Reciba un atento Saludo Fd. José Bono Martínez Madrid 14 de marzo de 2006”
funkiscat@gmail.com

Tuesday, November 06, 2012

Paralelismo histórico entre la Cabaña Sueca en el Central Park (Swedish Cottage 1876) y la Torre de Suecia de Barcelona de 1929

En el mes de julio realicé una visita de investigación y estudio que considero digno de informar: La Cabaña de Suecia (Swedish Cottage), ubicada en el Central Park, en Manhattan, N.Y. Podríamos encontrar en esta construcción en madera el paralelismo con la similitud de su origen e historia de lo que acontecía en la Exposición Universal de 1876 en Filadelfia USA y lo que acontecía en La Exposición Universal de 1929 en Barcelona, una muestra de arquitectura en madera que acompañó a los dos pabellones de Suecia.
La historia es bastante real, relata el viaje tortuoso de la cabaña sueca desde su tierra natal en 1876 hasta Filadelfia, Estados Unidos, para luego terminar en el Central Park.
Originalmente construida en Suecia como una escuela modelo de pino y cedro en 1875, la cabaña fue desmontada, embalada en cajas y enviada en barco a través del Atlántico desde Suecia hasta Filadelfia, para luego ser re-eregida por los artesanos suecos en la entrada del pabellón de Suecia de la Exposición Universal de Filadelfia de 1876. Amueblada con mesas y pizarras, y con maestros suecos, la escuela popular dio la bienvenida a muchos visitantes, del 10 de mayo al 10 de noviembre de ese año. En esta exposición se celebró el 100 aniversario de la declaración de independencia de los Estados Unidos.
Impresionado por el ornamento y la utilidad de la Cabaña Escuela Sueca, el diseñador del Central Park, periodista, crítico social, administrador público y arquitecto paisajista autodidacta, Frederick Law Olmsted, tomó cariño a la cabaña rústica y en su insistencia aseguró una propuesta de la ciudad de Nueva York para comprarla. En 1877, la cabaña fue desmontada una vez más y reconstruida en el lado oeste del parque.
A partir de 1939, el comisionado de Parques de New York City, Robert Moses, creó un teatro de marionetas de gira para llevar a cabo presentaciones en patios de recreo durante el verano y en auditorios escolares durante el invierno. Ocho años más tarde, en 1947, la compañía se trasladó a la Cabaña Escuela Sueca, que a partir de esta fecha fue su taller y sede. Desde entonces, cientos de miles de niños y familias de todo el mundo han disfrutado de sus producciones originales de marionetas. En 1973, el interior de la cabaña fue acondicionada para incorporar un pequeño teatro de marionetas para funciones en su interior, así como un espacio para el teatro ambulante. Así continúan hasta nuestros días a través de la Puppet Mobile CityParks, la empresa más antigua de actos de su tipo en el país, que presenta espectáculos gratuitos y talleres de toma de títeres en los parques de barrio, centros de recreación y las escuelas de Nueva York.
Cuidadosamente restaurada en el año 1996, la cabaña conserva gran parte de sus materiales originales del siglo 18, incluyendo las tejas estampadas y paneles del interior. Las audiencias infantiles siguen disfrutando hoy de espectáculos de marionetas de cuentos clásicos. Artesanos talentosos hacen marionetas para cada producción, lo que contribuye a aumentar el archivo de marionetas históricas cada año.
Los espectáculos de marionetas y títeres en la cabaña sueca Cottage Swedish son gestionados y presentados por City Parks Foundation. Fabricantes de títeres crean y presentan las producciones de marionetas, entre las cuales han incluido "Hansel y Gretel", "Los viajes de Gulliver", "La Bella Durmiente", "Alice in Wonderland", "Jack y las habichuelas mágicas", "La Historia Secreta de los Cottage sueco " El maravilloso viaje de Nils Holgersson y muchos otros.
La cabaña Sueca se encuentra en Central Park, en 79th Street y la West Drive, Central Park. Subway B.C W 81st, y es miembro de la Fundación Casa Histórica de la Ciudad de Nueva York.
Swedish Cottage - Cabaña Sueca Central Park
Hoy la cabaña sueca es el hogar de una de las últimas compañías públicas de marionetas en los Estados Unidos. La cabaña está dividida en 2 secciones, los titiriteros han trabajado su magia desde 1947 en el ala derecha de la cabaña, tirando de los hilos de sus marionetas talladas a mano para dar vida a todos los clásicos cuentos de hadas. En el ala izquierda se dictan talleres y fabrican las marionetas.
Reflexión ante este histórico paralelismo.
Esta iniciativa de Frederick Law Olmsted fue el inicio para generar cultura y conciencia de identidad despierta en la recuperación de los valores de elementos naturales como la madera. Este elemento noble usado en la construcción sigue siendo hoy una fuerte influencia en la arquitectura.
¿Qué tanto han cambiado las circunstancias de esos tiempos hasta nuestros días cuando se perfila un nuevo ciclo para Barcelona? Pudiendo definir que Barcelona tiene una joya de la arquitectura sueca, Torre de Suecia de 1929, elemento arquitectónico que acompañó al Pabellón de Suecia de la Exposición Universal de Barcelona de 1929, llamada funcionalismo sueco “Funkis” abreviatura en sueco de funcionalismo de comienzos del siglo XX.
La Torre de Suecia de 1929, no solo es importante por su concepto arquitectónico de la época, “funcionalismo”; sino porque el material empleado en su construcción, “fusta”, madera, se utiliza hoy en día como ejemplo de la “arquitectura ecológica sostenible” en la construcción moderna.
La Torre de Suecia es funcionalismo
El valor artístico, histórico y arquitectónico de la Torre, su arquitectura es un trozo muy importante de la historia de la arquitectura del siglo pasado. Junto con el pabellón alemán Mies van der Rohe, la torre sueca es una muestra del inicio de la arquitectura moderna. La torre es como un puente entre el estilo clásico de los años 20 y lo que llegó después. Esto ocurría precisamente con el rompimiento entre aquel predominante clasicismo de la década de los 20 y las nuevas ideas de Le Corbusier y Bauhaus que intentaban entrar y que en Suecia se le llamaría Funkis (abreviatura en sueco de funcionalismo).
La Torre y su historia son totalmente desconocidas en Barcelona.
En los documentos que reposan en el Archivo Nacional de Suecia en Estocolmo y debidamente clasificados informa el Comisario de la Exposición, Sr Albert Wingvist, que al finalizar la exposición de Barcelona de 1929, tenia sobre su mesa cuatro propuestas de empresas de la construcción deseosas de comprar el Pabellón para reutilizar la madera en construcción de edificios del ensanche de Barcelona, y dos empresas del textil una de Terrassa y la otra en Sabadell, empresas que utilizarían el pabellón como nave dentro de sus respectivas fábricas.
En la documentación se desprende que las autoridades suecas de la época tenían otros fines con el Pabellón y la Torre, lo cual lo dejaron patente en su donación efectuada por el estado y el Rey de Suecia Gustaf V al Ayuntamiento de Barcelona el día 16 de septiembre de 1930 y el 5 de febrero de 1931 cuando se formalizó en cesión plenaria del Concejo Municipal, el Comisario General de Suecia, Albert Wingvist, daba posesión de dicho Pabellón y consigo la Torre al Ayuntamiento de Barcelona pasando a formar parte del Patrimonio Municipal de Barcelona.
La Torre no es una cosa de ¡kitsch!. Tras la clausura de la Exposición, la torre pasa a ser patrimonio de la ciudad de Barcelona, oficialmente formalizado ante el comisario general de Suecia en cesión plenaria del Consejo Municipal el 5 de febrero de 1931. Fue desmontada y trasladada a un solar donde no prestaba ninguna función escolar. La Torre fue destruida durante la guerra civil española (1936 – 1939), su madera utilizada para paliar los crudos inviernos cuando los militares del Estado Español ocuparon la colonia de montaña del grupo escolar del Ayuntamiento de Barcelona. Históricamente la Torre pasó a ser parte del patrimonio Barcelonés y debe ser reconstruida en la montaña de Montjuïc.


Un  testimonio de la corta trayectoria que tuvieron la torre y el pabellón de Suecia como equipamiento escolar de montaña.

Extracto del escrito a mano de María de la Torre, alumna de la escuela de montaña en 1933.

“Las Actividades escolares eran muy variadas, éramos 300 niñas que corríamos por todos lados. Dos uniformes, 2 pares de zapatos y un lazo blanco para la cabeza, eran regalados por el Ayuntamiento de Barcelona. Nuestros abrigos, jersey, ropa interior y calzado de invierno nos lo compraban nuestros padres.
Teníamos actividades deportivas variadas, algunas niñas aprendían a jugar tenis. Nuestra educación no era nada elitista, era Universal, Libre, Laica y Gratuita. Si pudiera volver atrás

Para acceder al Pabellón de Suecia, una galería cubierta conducía a las clases a un lado del aula de juegos. Un escenario donde algunas niñas con la maestra jugaban aptas para interpretar obras de teatro, aprendían un texto. El ayuntamiento de Barcelona se ocupaba de alquilar el vestuario y para obras clásicas una señorita confeccionaba pelucas de estilo Luis XV con algodón.
Hacíamos excursiones; nos llevábamos una mochila y bebidas, pasábamos el día disfrutando de la naturaleza, los días de reposo escolar. Cantábamos y danzábamos en catalán varias obras para niñas. Confeccionábamos algún bordado a ganchillo que las maestras nos enseñaban. Una señorita nos interpretaba al piano obras de Federico Chopin y algún otro compositor, como ustedes pueden darse cuenta no perdíamos el tiempo.
Le deseo mucha suerte en su propósito, ya me contará como le resulta

Reciba mi amistad María de la Torre Le Havre Francia


He olvidado de darle un detalle sobre la escalera de caracol en el interior del "cono" (nombre que las niñas daban a la Torre) subíamos hasta la plataforma saliente, para controlar la atmósfera del tiempo, la dirección del viento, la forma de las nubes; era nuestra estación meteorológica, De nuestra clase éramos mi amiga Josefina y Yo teníamos esta misión. En lo alto de nuestra torre podíamos observar todo el entorno de la Escuela. Y de cuando en cuando compartíamos chiquilladas a hurtadillas subiendo a lo alto de nuestra torre, “Cono”, a ver los lindos atardeceres del pirineo catalán y en otras ocasiones las noches de luna llena y las estrellas.

Excúseme mi escritura, me tiembla la mano”.

María de la Torre falleció en el 2003, en Le Havre, Francia, a los 81 años. En su memoria escrita a mano nos dejó nombres de compañeras como: Encarnación Valderrama, Beatriz Avellán Peña, Alicia García Tello, Judith Mestres d'Anyba, Lourdes Reyes, Josefina Mías y Josefina Hernández Navarro, su mejor amiga. A todas ellas, y a las más de 300 niñas de Barcelona que estudiaron en la escuela de montaña, les dedicamos esta petición ciudadana.

Hay una historia que está por contar y una Torre por reconstruir en la montaña de Montjuïc. En memoria de las niñas que durante los años de 1933 al 1936 recibieron una educación en catalán  en la Colonia permanente de montaña Berga del Ayuntamiento de Barcelona.

Coordinador propuesta ciudadana desde 2006
New York  julio de 2012

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